Sabes que siempre me fue mas fácil escribirte que hablarte.

 Sabes que siempre me es más fácil escribirte que hablarte, susurrarte mientras te veo o
callarme mientras me pierdo entre una sonrisa tuya y la luz que salen de tus ojos.

Hoy decidí escribirte esta carta, tal vez cuando más quisiera tener la paz y el valor de no callarlo si no decirlo, de no mostrarlo si no de hacerlo y de dejarme llevar entre lo que quiero y lo que debo.

Quise escribirte esta carta con un solo propósito, con un solo principio y tal vez con un mismo  final, el de decirte ciertas cosas que he nombrado pero he callado, ocultando cosas y engañándome a mí mismo  y por lo tanto engañándote a ti.

Hoy la  luz de tus ojos tristes y de un llanto seco, eso que brota del alma me hace recapacitar y refrescar a mi alma con esa palabra que hoy me atrapo  y de la que me perdí. Esa que tanto nombras y a la vez a la que tanto temes. Sinceridad.

Quiero decirte que en poco tiempo y tal vez menos de lo que tú crees, yo ya estaba pensando en ti, sin notarlo, sin pensarlo y solo tratando de perderme entre pensar que no lo hacía, o por lo menos negarme ante ti.

Que te he soñado tantas noches antes de que llegues  y muchas veces he llegado soñando ante ti, cargando sobre tus ojos y tus brazos aquellas historias que me arrastran, que me queman y me carcomen el alma, más de lo que piensas.

 Quiero ser sincero no por lo que digas o lo que busques, por lo que pienses o si así dejas de pensar en mí, pero sobre mis hombros carga la congoja de una historia, que hace poco dejo de ser mío para ser del cielo. Una historia  que llego antes de haberla conocido y me enamoro antes de haberla encontrado.

Te lo digo de esta manera porque en esa parte de mi historia no he sido honesto y por si fuese el último intento de sinceridad o de cinismo quiero que sepas que aún lucho por olvidarla y recordarla, aunque lo calle y que de la misma manera he notado que callarme a veces me ha dado cargas y te pido que tu no pases por lo mismo.

Por callar perdí más amigos de los que ahora puedo contar, rotos más corazones de los que  he podido tocar y sacado más lagrimas de las que he podido  secar.

Que no soy perfecto, ni tan valiente como  pienso, esa es mi manera de liberar o tal vez de quebrar lo que niego o borrar lo que he vivido.

Que tengo más defectos que virtudes, que soy un soñador sin rumbo, que me ilusiono rápido, que llego tarde, que olvido rápido, que cuando quiero hiero y cuando quiero me congelo como el hielo, así por dentro me este quemando por el ardor de como actúa mi cuerpo y de que como torturo a mi alma. 

Que hablo cuando duermo, que sueño cuando hablo y que en estos días me siento más solo que nunca, que las deudas en casa me agobian, que las frustraciones me lastiman, y los reproches de personas que no he vuelto a ver aun me atormentan por las noches.

Que soy bueno ayudando a muchos eso dicen pero pésimo para ayudarme conmigo mismo, que no te he dicho más cosas de las que he nombrado y que he callado más cosas de las que has pensado.

Que soy celoso cuando quiero, que coqueteo cuando  me gusta alguien, que soy frio cuando me dicen que no y que el orgullo me hace tragar palabras que ya tenía en la boca,  y que rió así quiera llorar para que no me vean nunca caer.

Hay tanto que no te he contado y que ahora he pensando, y recordado, que he reflexionado y que mirándote ahora sé que debes de  saber. Que no solo me gustas, más que eso me he enamorado de ti.

Que me muero por besar tus labios y por sacarte más sonrisas de las quiero o las que pueda, que  me encanta pasar cada  hora contigo en esos paseos sin rumbo o destino claro, que la mente se me bloquea cuando estoy contigo. Que las piernas me tiemblan y que las manos se me congelan y la voz se me quiebra.

He decidió contarte esto con un solo propósito,  para  poder liberarme de ello y dejarlo volar, para dejar que lo que pase entre nosotros tenga que pasar, que si hay algo que tenga que borrar lo tenga que borrar o por lo menos olvidar.

He hecho más de mil intentos por entenderte, pero en mil intentos  siento que he fracasado, que aun no sé bien lo que buscas ni lo que esperas, que es lo que debas hacer ni que es lo que debas detener. 

Aun me encanta enamorarme de tu voz, de tu dejo raro, de tus dulces ojos, de tu tierna mirada de la que me enamore desde el primer día, y de tus manos, de tu tierna manera de ser y tu fresca manera de pensar, de tu sinceridad inquebrantable y de tu pesar para cortar algunas alas, o lo que sea necesario.

Tal vez después de esto me mires diferente o como siempre, eso depende de ti y lo que pienses, pero sé que si los sientes, no lo digas, que quiero seguir descifrándote y seguir viviendo entre lo que te diga y lo que calle.
Quiero que me dejes ir sin alejarme, ni que me calles sin gritarme, ni que me mires con lastima o sin ella, solo y simplemente que me sigas mirando.

Cometí el error de creerte  quien yo quería que fueras, y poner la carga de meses de recuerdos, de dibujos y de letras, poemas y canciones a una persona que nunca ha existido. Sin nunca preguntarte si quieres ser el sol en mi sistema solar o el centro de mi universo.

No te detengas por mí, se que si es necesario comenzare a olvidarte cada día de esa manera, de desdibujarte y de alejarte de mi concepto de amor, no sé si logre por ahora pero cada día lo seguiré intentando.

Y lo peor de todo es que se que  si lo hago algún día  me levantare por la noche sudando, y con los ojos llorosos al darme cuenta que  ese día de olvidarte, habrá llegado.
Pero así pase  se que nunca podre dejar de quererte, y  después de esta noche estoy muy seguro que nadie te quiere en estas noches tanto como yo.

Sin embargo deseo que alguien pueda sacarte más sonrisas, que pueda hacerte feliz y que te ayude a cumplir tus sueños, que te vuelva parte de los suyos y que te ame tanto como yo te estoy amando, donde cada vez que traspaso la palabra amor mientras escribo, rio, canto, lloro o solo pienso. Tenga atado a esa palabra algún recuerdo de nuestros silencios, de nuestras historias o de tus ojos clavados en mis versos.

Sé que el día que deba olvidarte si es necesario llegará, que terminaré el libro que apenas he comenzado, que nuestra historia me traerá más sonrisas y más llantos.

Sobre todo sé que todo esto me volverá a pasar, que me volveré a ilusionar, a enamorar, a cruzar  con una persona desconocida, y escribir  más o tal vez menos. Que lo volveré a intentar, que me romperán el corazón de  nuevo, que tal vez tenga que mentir, pero que esta vez ya no será contigo.

Por todo eso hoy te cuento mi verdad, y esta es mi mejor manera de mostrarte, que quiero que cumplas tus sueños, que te enamores y si es necesario que deba olvidarme de ti, y ser solo amigos lo aceptaré. Con tal de verte sonreír, de verte soñar y de verte amar.

No pienses que esto me partirá el alma ni mucho menos me quebrará la vida, pero si quiero que sepas que si eso es lo que tengo que hacer, lo haré sin tibiezas demostrándote a si mi más grande  muestra de amor. Pues el amor es mas desapego que apego, y que es amor también dejar de amar a la persona que te alumbra la noche y te ilusiona el día.         

Que siempre serás mi persona especial  y esas dos frases en conjunto no las volveré a usar para otro nombre,  y que tus escritos no serán quemados ni borrados si no grabados y tallados en el árbol que tal vez si Dios lo permita yo me vuelva.

Y que solo hoy te escribo mi verdad, para liberarte de una carga o aumentarte otra más.
Nunca olvides que te quiero y que siempre estaré para ti, mi princesa, aquella mariposa que se que cuando quiera se pondrá a volar.

Sabes que siempre me fue más fácil escribirte que hablar, y esta vez no sé si sea la última, o solo será una noche más envolviéndome entre tu recuerdo y el pasado. Pero sé que cada día te olvidare más, escribiré menos y esta vez ya no esperare que tú sombra este cerca a la mía, y que tus ojos me vuelvo a mirar, me vuelvan a enamorar.

Te quiero, pero ahora me tengo que marchar. 

Diego Arias Zapata